DigitalFoundry ha publicado un interesante vídeo en el que analizan la posible llegada de Ryzen a la próxima generación de consolas de Sony y Microsoft, es decir, la posibilidad de que Xbox "Two" y PS5 utilicen un procesador basado en la arquitectura Zen de AMD.
Tanto Xbox One como PS4 y sus derivados utilizan procesadores AMD Jaguar, una arquitectura de bajo consumo que se comercializó pensando en el sector móvil y que al final ha acabado encontrando su lugar en un espacio que ninguno nos habríamos podido imaginar en su momento.
Su rendimiento es muy bajo y se ha dejado notar en muchas ocasiones, pero sus ocho núcleos físicos unidos a la optimización y a los malabares de los desarrolladores han permitido a ambas consolas ofrecer juegos muy atractivos y superar casi por completo sus limitaciones.
En esta generación se ha priorizado más la GPU que la CPU, una situación que contrasta con la generación anterior, y sobre todo con PS3. Muchos creen que la consola de Sony tenía una GPU muy floja (una GeForce 7800 recortada) para el procesador que montaba (un Cell de IBM) y es cierto, de hecho Naughty Dog derivó tareas propias de la GPU a la CPU de dicha consola para sacar el máximo partido al motor gráfico de Uncharted.
En resumen DigitalFoundry explica que para que se produzca un auténtico salto generacional la CPU de las próximas consolas tiene que ser muy superior a la que se utiliza en la generación actual, ya que de lo contrario seguiríamos limitados al mismo tipo de juegos "sandbox" y a las inconsistencias de FPS en juegos que dependen mucho del procesador.
Sin embargo el equilibrio potencia-costes-rendimiento en consolas es fundamental, y ahí es donde Ryzen podría tener el éxito asegurado. En sus pruebas han confirmado que incluso un Ryzen de cuatro núcleos a 3 GHz podría marcar una gran diferencia.