
El troll de Internet se ha convertido en una figura tan popular como polémica, y con el paso de los años su presencia en la red de redes ha pasado a ser muy habitual.
Hay trolls de muchos tipos, desde aquellos que se limitan a criticar cosas de manera visceral y a quejarse de todo, a otros que van más en serio y llegan a incurrir en acciones constitutivas de delito, una diversidad que no ha impedido a un grupo de científicos sacar adelante un estudio bastante interesante.
Para llevarlo a cabo, interactuaron con una comunidad de trolls que había estado acosando a los padres de Madeleine McCann, y llegaron a la conclusión de que "no tienen cura", ya que eran incapaces de mantener una conversación civilizada y acaban recurriendo al bloqueo cuando se sentían contrariados o intimidados.
Los resultados del estudio están publicados en este artículo.