Según un estudio, Xbox One consume demasiado, pero esto parece la tónica con las consolas de nueva generación, incluida PS4, que parecen un PC para jugar en demasiados sentidos. De ahí que te contemos cómo ahorrar luz con algunos trucos obvios, aunque de vez en cuando se nos pasen por alto.
En el caso concreto de Xbox One, una recomendación es desconectar Kinect de la parte trasera de la consola. Un gesto que, en caso de que no le saquemos partido a los comandos de voz, la conversación, videoconferencias y demás, nos puede ahorrar más de 20 W. Eso sí, recuerda volver a enchufarlo si quieres jugar a algún título que sí aproveche Kinect.

Otro consejo es activar el modo de bajo consumo que incluye la consola. Éste implica que se apague del todo, en lugar de quedarse en modo de hibernación. Lo cual nos recuerda que, con cualquier PC, tenemos esta misma posibilidad que puede ahorrarnos unos céntimos si la aprovechamos.
Aunque, para estar seguros, tampoco está de más que desconectemos la regleta, el interruptor o quitemos los cables en caso de ausencia prolongada. Lo típico, cuando nos vamos de vacaciones o salimos el fin de semana.
A todo esto, no olvides desconectar el router o módem cuando no lo uses, quitar las pilas o baterías de los mandos al terminar de jugar y también hacer esto con todos los dispositivos eléctricos.
De momento, hasta que Sony o Microsoft lancen versiones Slim de sus consolas de nueva generación, si queremos jugar, tendremos que ser cuidadosos para ahorrar luz.
Fuente: XboxManiac.es.
Gracias a XboxManiac por redactar esta noticia.